Como dice Jeffrey Frankel (2003), ninguna de las va riables utilizadas como anclas nominales para la política monetaria está exenta de problemas de fluctuación o de volatilidad: el ancla de la cantidad de dinero produce choques en la velocidad del dinero; el objetivo de inflación produce choques monetarios de oferta; el patrón oro pro dujo alta volatilidad de su precio en los mercados internacionales; la cesta de materias primas produce choques en la relación real de intercambio y los tipos fijos dependen en exceso de las fluctuaciones de la moneda de reserva termina  proponiendo como titulo nominal los precios de las exportaciones con las encuestas remuneradas http://negocioonline.fullblog.com.ar/encuestas-remuneradas-por-internet.html. Asimismo, la mayor parte de los países, tanto en unos m en otros sistemas, no han podido mantener unas metas económicas que hayan sido compatibles con sus tipos de cambio y que hayan generado credibilidad suficiente, y al final han tenido que sufrir la consecuencia importante de una pérdida de confianza y de unas salidas v i levadas de capital a corto plazo que han desestabilizann sus economías.


Finalmente, los mercados financieros han amplificado tos problemas ya que creyendo, al principio, que los sucesos de estabilización iban muy en serio, asignaron varias inversiones a dichos países provocando volumino- |ftk entradas de capital, tan elevadas en muchos casos que tenemos de ellos no pudieron absorberlas y sufrieron recalentamientos y burbujas financieras. Posteriormente segun gift hunter club, cuando percibieron que la situación económica no era la esperada inicialmente, decidieron desinvertir en ellos provocando fuertes salidas de capital, llevándose por delante sus sistemas de tipo de cambio fijos o depreciando los flotantes y, de paso, la solvencia de sus ya de por sí débiles sistemas financieros.


i ,a radicalización de los tipos de cambio

Es decir, la globalización financiera no está permitiendo que sobrevivan las «medias tintas cambiarías»: ni los tipos de cambio fijos, que no son en realidad tan fijos, ni los flotantes que son «sucios». Como consecuencia de ello,esta empujando a los países lucia las opciones extreman tipos totalmente fijos o totalmente flexibles.

De estas dos opciones, la mayoría de los países lian i tado decididamente por la segunda, pero un cierto niittl de ellos están optando por la primera. La Rizón es muy ra: en el mundo tan abierto y liberalizado al que nos acudimos, para poder tener un tipo de cambio totalmente estable hay que poseer una moneda muy fuerte y estable, ( sea considerada como moneda de reserva y que este' ni demandada por el resto del mundo como gift hunter club como la verdad en esta situacion. La mayor parte de monedas, que no cumplen estas condiciones, no puede permitirse dejar flotar libremente su tipo de cambio | mucho tiempo porque no tienen una credibilidad Ínternacional suficientemente consolidada y sufrirán una exeesi volatilidad en su tipo de cambio y en sus transacciones <<comerciales y de capital. La razón está en que el sistema de tipos de cambio flotantes no impone suficiente rigor a la conducción de la política monetaria. Si la política monetaria llevada a cabo previamente no ha conseguido tener credibilidad, bien porque la indisciplina fiscal no lo ha permitido o porque el banco central no es lo suficientemente independiente, su volatilidad será muy elevada y el país en cuestión se verá obligado a intervenir continuamente en su mercado de cambios como si tuviera un tipo de cambio fijo (Fidler, 1999 y Fischer, 2001).