Los secretos del shadow banking                    

Incluso  los especialistas de las finanzas se las ven y se las desean al intentar definir el shadow banking system. Únicamente coinciden ni determinar que se trata no tanto de un «sistema» como de un conjunto de operaciones denominadas over the counter, u OTC15, que pueden sei sustraídas a toda supervisión. Las partes interesadas son las mutal funds y las filiales de los grandes bancos con actividad especulativa de riesgo elevado. Los autores franceses llaman a esto «apa- lam amiento financiero clandestino». Según una estimación del Federal Reserve Bank de Nueva York, las transacciones realizadas en el seno del shadow banking system representaban en 2007 casi el doble de las transacciones inscritas en las cuentas del sistema bancario, sus actividades no son controladas o siquiera son objeto de inventario estatal o por parte de los bancos centrales. En 2010 la proporción bajó debido a las reconfiguraciones internas de los bancos, pero el importe total de las transacciones llevadas a cabo en el shadow banking system simulo siendo un 20% superior al de las transacciones objeto de control. Otras estimaciones, ofrecen cifras inferiores pero igualmente muy elevadas.




El CIMIENTO BASADO EN EL ENDEUDAMIENTO OCCIDENTAL, BASADO EN LAS EXPORTACIONES EN CHINA

Con la crisis financiera, el hundimiento del crédito y la rápida escalada del paro a partir del otoño de 2008 han revelado la magnitud de la so­breproducción. Los stocks no vendidos y las capacidades de produc­ción inutilizables proceden de sectores, industrias y países específicos.

En aquellos países en los que las finanzas alimentaron burbujas inmo­biliarias (Estados Unidos, Reino Unido, Irlanda, España), el exceso de producción ha adquirido la forma de viviendas vacías, condominios abandonados sin acabar, residencias secundarias y oficinas sin vender, y un sector de la construcción funcionando al ralentí, por no decir en situación de marasmo profundo. En el sector de fabricación de auto­móviles, el exceso de producción creado por el crecimiento ficticio es inmenso. En Francia, los subcontratistas de los grandes grupos y las in­dustrias vinculadas al ramo, así como los trabajadores temporales o interinos en las fábricas de montaje han sufrido fuertemente las con­secuencias. En una economía tan altamente liberalizada y globalizada como la actual, la magnitud de la sobre acumulación y la sobre pro­ducción debe considerarse a nivel global. Una gran economía con in­dustrias muy competitivas puede estar en situación de exceso de pro­ducción, siempre que desplace las consecuencias y haga caer el peso de la misma en otros países. Es el caso de China, cuyo modelo de cre­cimiento basado en las exportaciones se ha desarrollado a la par que el basado en el endeudamiento.


La escala y la rapidez de la acumulación industrial en China han hecho de este país un foco de sobreacumulación y sobreproducción i mi doctos auténticamente globales. Los resortes de este fulgurante crecimiento son esencialmeente chinos; es el caso en particular de sus obreros e ingenieros muy biien formados, a los que se paga un salario muy bajo y que han sufrido,, desde el relanzamiento en 1992 de la po­lítica llamada «reformas de apertura», el desmantelamiento de los me­canismos de protección sociial de los que se beneficiaban con el siste­ma estatalizado. La transicicón hacia el capitalismo ha ido de la mano con el crecimiento de las exportaciones. Pero la inversión extranjera ha contribuido a la aceleración de la industrialización china y a su fuerte orientación exportacdora. China no hubiese podido transfor­marse en tan sólo quince amos en la «fábrica del mundo» sin las inver­siones de las empresas internacionales, primero estadounidenses y más tarde japonesas, y sin las masivas subcontrataciones por parte de los grupos de distribución al por mayor (como Wal-Mart). Éstas últi­mas han sido durante mucho tiempo inversiones «verdaderas» (tam­bién llamadas «nuevas» o greenfield), realizadas en la mayoría de los casos en el marco de las joint ventures, mientras que en la mayor par­te de los países han tomado la forma de adquisiciones-absorciones de firmas existentes. Tales invenrsiones han implicado la transferencia de tecnologías de manufacturaoción y de métodos de gestión capitalista. La aceleración del ritmo de inversión de las empresas estadouniden­ses en China se produjo en el momento preciso en que los principios del corporate govemance cormenzaron a transformar los criterios de gestión de las empresas. Sin los beneficios procedentes de las filiales extranjeras, empezando potr las de China en los años 90, los gerentes habrían tenido muchos problemas para satisfacer las exigencias del «valor para el accionista».