Otros mercados de inversion aparte de la bolsa                      

 En este mercado,  podemos encontrar frutas, verduras, carnes, pescados, legumbres, etc., y nos hemos centrado en uno solo de estos productos (pescado) para desarrollarlo en profundidad. Con lo visto hasta ahora no se va a convertir en un experto en pescado, pero como mínimo tiene una buena base para poder entender qué producto está comprando. Ya le comenté en la introducción que éste no es un libro para expertos, sino para inexpertos que quieren conocer este mundo y carecen de una mínima base para empezar a invertir.

Pues a modo de conclusión haremos una breve mención al resto de productos que podemos encontrar en la bolsa. Al igual que pasaba con la metáfora del pescado y las acciones, entenderá que en la bolsa no se intercambian productos referidos a la alimentación, sino activos financieros que demandantes y oferentes están dispuestos a negociar.




Clasificación de los activos financieros

Antes de entrar en el detalle de los diferentes activos financieros que se pueden negociar en la bolsa, sería bueno recordar de qué estamos hablando. Aunque hayamos visto qué son las acciones, vamos a dar una definición más genérica de qué es un activo financiero y qué características reúne.

Los activos financieros son títulos representativos de deuda o capital de agentes económicos con déficit (demandan o piden dinero) que otros agentes con superávit (ofertan o prestan dinero) adquieren a cambio de una rentabilidad. Para el que ofrece dinero es un activo, mientras que para el que demanda el dinero (entidades públicas o privadas) es un pasivo.

Estos activos tienen dos funciones principales. Por un lado, canalizar el ahorro entre los diferentes agentes económicos y, por otro, transferir el riesgo del emisor de los activos al receptor de los mismos. Un activo financiero constituye un compromiso de pago que será sensible a una serie de riesgos derivados del emisor.

Todos los activos financieros reúnen tres características principales cuya combinación debemos valorar como inversores para decidir si nos sale a cuenta formar parte de los agentes económicos dispuestos a ofrecer nuestro dinero para financiar los proyectos del emisor.

• Liquidez. La existencia de un mercado permite que podamos transferir el activo financiero a otro inversor con el objetivo de recuperar todo, parte o más cantidad del dinero invertido.

• Riesgo. Cuando le dejamos dinero a un amigo para que lo utilice para un fin concreto corremos el riesgo de que no nos lo devuelva. Cuando le prestamos dinero a una entidad pública o privada soportamos el mismo riesgo, ya que su capacidad de devolvernos el dinero más una rentabilidad estará determinada por la capacidad de solvencia de sus actividades.

• Rentabilidad. Si prestamos dinero a alguien de manera gratuita, quiere decir que o somos muy buenas personas o unos inversores nefastos,* ya que nuestro objetivo es sacarle el mayor parti-

* Las dos circunstancias se pueden dar a la vez.

do a nuestros ahorros. Por lo tanto, prestamos nuestro dinero a cambio de una rentabilidad que está asociada al riesgo que asumimos. No le cobraremos lo mismo a un amigo con una capacidad de solvencia y seriedad elevada que al amigo bala perdida que todo lo que toca lo convierte en desastre.

Por lo tanto, el equilibrio entre estas tres características nos tiene que generar tranquilidad y confianza en las inversiones que llevamos a cabo.